martes, 28 de diciembre de 2010

El nuevo mundo de los primeros Gastones








CAPÍTULO I





Cuando iban mal las cosas, Adela tomaba un tren hasta la casona de sus abuelos y permanecía allí , casi en régimen de asceta ,varias semanas hasta que su ánimo recuperaba la Gracia. La "Vida", como Adela llamaba a la casona, era un edificio del siglo XIX, construido por uno de sus bisabuelos , que evocaba en sus balcones cargados de filigranas, la historia migratoria de la familia.
El primer Gastón que salió de la península lo hizo en 1885 hacia El Rio de La Plata(llamada más tarde Argentina) , acompañado sólo por un amigo que también buscaba un mundo distinto de la mísera y debilitada España de la época. Tras varias décadas en América regresó a su lugar natal cargado de esperanza, y fortuna suficiente, para realizar el proyecto de su vida. El proyecto necesitó de unos cuantos golpes bajos de parte de familiares y amigos, y su imbatible fuerza de voluntad para que diera resultados. Adela sentía una fuerte identificación con el Gastón americano y libre que fundó la forma de vida que había compartido toda la familia desde él.

La vida en El Rio de la Plata no fue fácil para Gastón, no solamente en su recién iniciada andadura americana, en aquellos años duros para todo hombre. El vivió allí, desde luego, toda la felicidad porque allí conoció a su amada mujer, le nacieron sus cinco hijos y cultivó su primer árbol. Con todo ello bien podría decirse que allí fue HOMBRE entero.

En aquellos días, el bisabuelo legal de Adela (uno de los cinco hijos del primer Gastón de esta historia) dijo a su padre que “nunca habría una tierra como América”, y le avisó de que si partía algún día hacia le vieja España, sólo lo haría prometiendo regreso temprano, para no perder nunca la Libertad de ser Hombre.Cuando conocí estas palabras del bisabuelo de Adela me pregunté si yo no debería vivir también en América, y sentir la alegría interior de los Seres Libres.

(continua)

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